domingo, 20 de diciembre de 2015

Pseudo-gurú

Eran cerca de las seis y treinta de la mañana. Un nuevo día se avecinaba, un día con sabor a renovación rancia. Todo estaba en silencio, no había nadie a excepción de él mismo.
La oficina había perdido su aspecto de tal. Objetos de todo tipo llenaban la amplia superficie de vidrio del escritorio: revistas, envolturas de comida, volantes publicitarios que ofertaban todo tipo de cosas, botes llenos de bolígrafos que no escribían, papeles con números anotados, cartulinas, planos cuadriculados y extraños utensilios de medición.
El lugar en general, no distaba del mismo aspecto que el del escritorio. Las extensas repisas metálicas estaban retacadas de libros y habían muebles que guardaban recuerdos fríos. Olvidos.
Al lado del escritorio se encontraba él en su catre, cubierto por cobijas empolvadas. No recordaba cuándo había sido la última vez que las lavó.
Se levantó, dobló las cobijas y reclinó el catre. Procedió a ducharse, para lo cual se dirigió hacia el patio, en donde se observaba que en algún tiempo hubo césped. Ahora solo había tierra árida que levantaba polvo con el menor viento y generaba charcos de lodo con la menor de las lluvias. Se desnudó en medio de la oscuridad fría y se untó un jabón sucio y agrietado. Luego procedió a tirarse agua encima con un pequeño plato desde un gran contenedor hasta finalizar.
Regresó al interior a vestirse y a prepararse un café. Aquella cafetera era lo único en lo que se había molestado en invertir desde que regresó a la ciudad meses atrás.
Ahí residía, inmerso en esas cuatro paredes blancas que distaban mucho de lo que cualquier persona llamaría hogar. Siempre se encontraba en ese extremo de lo que llaman vivir al día. No tenía cuarto de ducha, cocina, ni un simple refrigerador siquiera. Vivía así, con una cafetera, un escritorio y un catre.
No era consciente de que había devaluado su propia existencia e investigaba los misterios mas allá del mundo para convencerse a sí mismo de que aquel estilo de vida no resultaba una molestia. Nunca encontró soluciones prácticas a los problemas cotidianos. Un teórico inútil.
Solo la vieja gloria de ser padre lo mantenía semi-cuerdo, anhelando jugar con sus hijos nuevamente. Pero ya era muy tarde. El tiempo ya había hecho su obra y eventualmente vieron lo que todos, salvo él, podían ver: un hombre socialmente inepto que niega su problema de alcoholismo. Su auto indulgencia le había apartado del mundo. 
A sus sesenta años, su vida había resultado un desperdicio tomando en cuenta que su intelecto superaba al de muchos. Al menos sus hábitos lo conservaban joven, pensaba. Pero era dudable que eso le sirviera para algo, igual iba a morir sólo. Únicamente prolongaba su vida sin sentido, con meditaciones y bebidas que solo terminaban en las mismas reflexiones remachadas. Sin planes o con proyectos sin pies ni cabeza, ello era un patrón en su vida.
Solamente un perro viejo, artrítico y pulgoso permanecía siempre fiel esperándolo en el patio. Éste sabía que ambos se encontraban en la misma situación y compartían igual destino.

Él, al igual que su amo, se había resignado a permanecer estancado en la perpetuidad del tiempo hasta el día de su muerte. 

lunes, 26 de octubre de 2015

Nada

      Siempre es el final del mundo, cada segundo que pasa. Todo lo que crees que está, no existe mas que a manera de destellos minúsculos que se extinguen. Antes de que te des cuenta, serás diluido en la inmensidad del tiempo como cualquier otra partícula, como esas que tus ojos ni siquiera alcanzan a ver, por las cuales nunca sentiste preocupación o inquietud alguna, en las cuales solo se posó tu pensamiento hasta el momento de leer esto. Así sucede con cada vida que creemos es digna de ser valorada solo por el hecho de "existir". No. No existimos. Ni siquiera somos capaces de darnos cuenta de lo que implica eso que en nuestro lenguaje resumimos como "existir". Y yo sólo me pregunto ¿Vale la pena indagar en ello? Medianamente podemos sobrellevarlo cumpliendo con el ciclo de vida humana moderno, que solo arroja juicios por parte de otros como un "ser útil"  y a veces ni eso. Somos limitados, ínfimos.
      Iluminación, paz y armonía, fueron conceptos de cuya llegada, siempre tuve fe. Su arribo fue triunfal y pomposo, sin embargo, inadvertido. Eso fue posible solamente después de la destrucción de la barrera de las viejas costumbres. Me era mas cómodo solo soñar con dichos conceptos. No sé cómo hacer esto. Lo mío, lo mío, siempre fue ser una vidente a través de lo mísero, a donde nadie va por mero sentido común, a excepción de sonámbulos incautos ... u otros dementes con pasatiempos extraños. Pero siempre es el final del mundo y eso solo me lleva a decir: ¡Qué chingados! ¿Por qué no?




lunes, 31 de agosto de 2015

Baryones

      Hace muchos años, cuando no conocía nada del mundo o de las personas, sobre definir el bien o el mal, ni de otras tierras o sobre pagar impuestos. En mis años preciosos de inocencia, en una ocasión escuche una conversación de un sujeto igualmente inmaduro.
-¿Y si en realidad no existimos y somos parte del sueño de alguien? ¿Y si ese alguien de repente despierta y todos desaparecemos?
      Este sujeto es ahora adicto al alcohol, a fiestas ruidosas, a la vida nocturna, tiene bastante sobrepeso y  en lo personal, no tiene mucha trascendencia en mi vida. Salvo tal pregunta que se le ocurrió formular un día cualquiera. Solo Morgan Freeman sabrá qué desplegó dicha cuestión, y no por nada tales palabras quedaron como pétreas entre muchos otros recuerdos un tanto mas difusos. 

     ¿Qué ocurrió durante el Big Bang? Dicen que toda la materia prima se estructuró durante los tres primeros minutos de tal evento. ¿Que cómo saben esto? Resultaría muy difícil dar la cifra exacta basándose meramente en modelos matemáticos, en fin, malditos científicos pretenciosos. 
Durante esos primeros tres minutos ni siquiera se formó elemento alguno, todo era protones y neutrones a altas temperaturas, moviéndose a quien sabe qué incalculable velocidad cuántica. Cada partícula subatómica de tu cuerpo y el mio, de todas las personas que has conocido, cada ser, edificio, cosa, absolutamente todo estaba inmerso en una masa descomunal, hallando otras partículas en el inmenso vacío con las cuales ensamblarse. 

    Ahora, cada partícula de tu cuerpo te saluda en este momento. Dicen que tuvieron que pasar 15 mil millones de años desde el Big Bang, para localizarse entre si, trabajar en conjunto para hacer posibles todas las condiciones necesarias para la vida, además de ensamblar esa nave, con sus mecanismos respectivos, en la que estás metido en este momento: tu cuerpo. Dicen que ellas conocen la historia entera del universo, pues han estado aquí desde el principio. Basta concentrarse en ellas unos momentos para adoptar sus recuerdos como tuyos. 

    Recuerdo esa sensación de flotar. Por la velocidad en que me movía, podía en realidad, estar en todas partes y en ninguna al mismo tiempo. Ahí estaban todos los que conozco y también los que no, también estabas tu, lector. ¿lo recuerdas? Si no, te sigo contando. Probablemente también elegí llegar a este lugar. En ese momento un destello de conciencia nació y una red de la misma se desplegó y se expandió para que eso fuera posible, sin dejar de lado esa sensación que fue en un principio. Probablemente así debe sentirse estar en el vientre de tu madre, nadando en el líquido, sabiéndose perfecto. 

    Sigue sucediendo lo mismo, pero en otro escalón de este mismo proceso fractálico. Baryones de los primeros tres minutos buscando morir para autoensamblarse en algo mas: perfección. 

Dibujito chairo hecho por su servidora. 





domingo, 30 de agosto de 2015

Temas de conversación muy controversiales VIII

Pi: El otro día me enteré que hubo un periodo en que el ser humano estuvo en peligro de extinción. Habían menos de 10mil personas en el mundo. 
A: ¿Y luego?
Pi: Se acabó la glaciación y todo mundo se fue a todas partes. 
A: O sea que cogieron, cogieron, cogieron, cogieron y... ¿henos aquí?
Pi: Si.... básicamente. 

sábado, 29 de agosto de 2015

Spot publicitario

Por una módica y sana cantidad de ALMICOT*, 
adquiera ya su kit de circulitos místicos 
que lo transportarán a donde usted ni se imagina. 
Ya son incontables los testimonios de clientes satisfechos. 
Tantas personas no pueden mentir. 
Esto no es ningun truco.



*ALMICOT: A La MIerda Con Todo

sábado, 22 de agosto de 2015

Vaquilla Loquilla

La Vaca Cannábica de los Milagros de San Toribio se aparece cada 50 años a cumplirle deseos a la gente, según cuenta la leyenda. Yo iba saliendo de mi casa y cuando la vi, le dije:
-Oye, qué buen pedo porque necesito completar para mi combi.-
Me miró seria y bovinamente.
-Mira, morra. Olvídate de eso. El pedo está así: tu cómete este pan y llegarás flotando a donde quieras.-
Luego ya no me acuerdo.

martes, 18 de agosto de 2015

Kriegen-Dienstag

Für unseren Glauben müssen wir kämpfen. 


domingo, 16 de agosto de 2015

Ejército microcósmico.



    Otra noche insoportable. Confusión corría por mis venas, no deseaba mas que drenarlas de ella. Amor, odio, impotencia, todo y nada. El seguro puesto en el picaporte, las cortinas cerradas, mi nariz aplastada contra el colchón. Lucha y forcejeo. ¿Qué es real? Solo mis delirios. 

    Mi mente, alma y sentidos, en necesidad de algún tipo de calidez, inventan. Ya no sé qué es real. Por fin, después de semanas, he caído rendida. Suplico, no como lo hice en tiempos pasados, supliqué desde el fondo de mi ser, toda mi energía focalizada en suplicar.

-¿Por qué? ¿En verdad es necesario todo esto? ¿Por qué a mi? ¿Cuál es el crimen que estoy pagando? Alguien que me responda. - Solo los grillos hacían eco. 

    El dolor terminó conmigo, dio un fuerte golpe que fulminó cada célula de mi cuerpo. Morí. Quedé flotando en la nada. Solo podía fluir en la ausencia de todo lo que instantes atrás conformaba mi universo entero. 
    Una voz habló, no necesité que dijese palabras para entenderla. Por instantes supe que alguien respondería, o quizá nuevamente un delirio mío. Una vez mas, supliqué a mi propia locura que dejase de torturarme. La voz, tajante como una bofetada, me apaciguó. Un abrazo suprasensorial me rodeó. Algo que no lograba condensarse del todo debido a mi turbulencia. Esta vez puse atención.

    Una energía masculina, cálida pero puntual. Como un adulto que se ve accidentalmente obligado a mitigar el llanto de un niño ajeno, que cuenta con pocos minutos para hacerlo. 

-Por fin caíste en el fondo del pozo. Por ahora no lo comprenderás del todo, pero debe ser, ya que has logrado ver, aunque sea un poco, mas allá de tu propia muerte. Sígueme el paso. - Respiré.

    Y en ese estado de flotación tomó mi mano. Nunca pude ver su rostro, sin embargo imágenes llegaron a mi mente, escenarios de todo tipo: montañas, mares, nubes y galaxias. Finalmente otras longitudes de onda de luz reemplazaron paulatinamente lo anteriormente visto, creando una nueva imagen. Se trataba de una explanada con piso de mosaicos blancos, rodeada de jardinería muy básica pero bien crecida. Me parece que no muy lejos había una edificación grande y blanca, un gran pórtico sostenido por columnas dóricas al estilo de Le Pantheon parisino, a excepción de que tenía una cúpula mucho menos pronunciada. El escenario no fue lo mas importante. En la explanada habían cientos de personas, todas ellas con bellos ropajes blancos, conformando filas como lo haría un ejército. 
     Nos colocamos al frente de ellos y dediqué toda mi fuerza de conciencia para observarlos en aquel etérico estado. Eran cientos, quizás un par de miles. Mis ojos recorrían la escena lentamente y pronto me di cuenta: conocía a todos y cada uno de ellos: familia, amigos, ex-parejas, compañeros, maestros y conocidos. Los rostros mas cotidianos y relevantes estaban hasta el frente y conforme el enfoque de mis ojos cobraba esfuerzos descomunales por ver en las filas traseras, tratábasen de personas menos trascendentales en mi memoria.

-¿Qué significa todo esto? – pregunté.

-  La realidad nunca la podrás conocer genuinamente. De ella solo puedes tener una representación, un concepto que es creado por ti para lograr interactuar con la misma. Ese concepto puede cargar consigo cariño, amor, admiración, desprecio, miedo, odio y todo tipo de emociones. De todo ello, el amor que sientes por personas, seres, naturaleza y existencia en general, se desprende de las otras emociones y toma aquella forma representativa mediante la cual lo concebiste, normalmente su forma correspondiente a la del mundo físico. Luego termina en este lugar.
     Todos estos rostros los has conocido,  pero las personas frente a ti son concepción tuya, y son, en esencia, el amor que sientes por ellas. Es por eso que las personas que mas amas son el frente de batalla: tu fuerte.
    Este es el ejército que tu misma has creado. Cuánto mas ames, mas numeroso y fuerte será tu ejército, así como mas próspero el mundo en que habitan. Literalmente están dentro de ti.
    Ellos son, además, un nexo psíquico con la persona que representan; una antena receptora. Cuanto mayor sea el amor hacia una persona, mas empático y receptivo se será hacia la misma. Es por eso que cuando dos personas se aman profundamente la una a la otra, llegan a sentir y pensar de igual manera
      Esta revelación es la razón por la cual me enviaron.

Me quedé pensativa. Mi memoria infestada por un flujo de recuerdos, que en su tiempo, causaron todo tipo de impactos en mi: cicatrices. 

-Pero, ¿qué pasa con el resto? El odio y la destrucción. La desesperanza. ¿A dónde se van?

-Ama todo ello y entonces serás infinita. 






domingo, 26 de julio de 2015

Doble muerte

    Viejos recuerdos se cristalizaran nuevamente este día. Recuerdos que conforman la época probablemente mas plena del tiempo que conforma mi existencia hasta hoy, 26 de julio.

     La muerte me ha asechado desde hace varios meses y aún hay asuntos pendientes. Es hora que concluya los prioritarios y finalmente pueda acudir al llamado insistente de los últimos días. El número 13 me espera, ese cristal translúcido de mis sueños que se profetizó a si mismo y apareció ante mi. Ahora sé qué es lo que debo hacer, mi intuición se ha despertado de un letargo como no ha ocurrido en mucho tiempo, consecuencia del hermetismo parcial autoinflingido ante el mundo cibernético masivo que acecha nuestra humanidad, que la arrulla con clicks y links, que hace dormir.

   Las representaciones psíquicas de mi comienzan a desaparecer de la mente de otras personas, regresan a mi y siento cómo recupero mi cuerpo mental que yacía perdido en otro plano, fraccionado en el espacio en quien sabe cuántos pedazos, se concentra en una especie de implosión.

     Entre vigilias identifico las señales del destino. Me he distinguido a mi misma en una luz no muy distante. Lo irreal se desvanece como humo, solo queda a mi alcance lo que me es necesario en el momento necesario. Los componentes de la realidad se autoensamblan con cada pensamiento, cada vacilación de una de mis manos, cada exhalación, y ello es reciproco. 



jueves, 2 de julio de 2015

Cómplice

      Los sicarios, o lo que sea que fueran, corrían delante de mi. Eran cerca de 10 de ellos. Sus uniformes eran negros, con protectores en todo el cuerpo, que a cuadro completo eran como armaduras blindadas, pero lo suficientemente delgados para permitir el mayor movimiento posible. No podía verles el rostro pues sus cabezas estaban cubiertas por cascos oscuros que les daban la apariencia de insectos gigantes. 
      Ascendían por el edificio nivel por nivel, revisando minuciosa pero rápidamente cada habitación de cada piso. Probablemente se trataba de un edificio construido hace mucho tiempo, de apariencia cuadrada, con muebles simplones e igualmente viejos y retazos de pintura amarillo pastel cayéndose de las paredes, dejando entrever el yeso debajo, afectado por la humedad.

      Los perseguía lo mas rápido que mis cortas piernas me permitían, aún así no dejaba de observar sus movimientos. Su forma de trabajar era perfectamente organizada, cada uno sabía la tarea que le correspondía para completar la  operación. Ninguno parecía hacer caso de mi presencia: una pequeña niña en vestido de no mas de diez años, corriendo tras ellos, jugando inocentemente a los policías y ladrones. A fin de cuentas no me interponía en su camino y tampoco representaba una amenaza para ellos. 

     Distinguí tres grupos diferentes. El primero iba al frente, naturalmente revisando el nuevo terreno. El de en medio, que se encargaba de los rehenes. Finalmente, el que cuidaba la retaguardia. Fue una situación extraña, dado que en todo el recorrido no vi a los perseguidores de ellos y tampoco percibí resistencia por parte de las víctimas
     Mi mayor asombro fue el grupo central, nunca había presenciado un modo tan poco ortodoxo de someter a una víctima. Ésta era recostada por la fuerza sobre una mesa y se sujetaban sus extremidades para que no se moviera. Posteriormente todo su cuerpo era envuelto a manera de momia, en algo parecido a una venda de yeso, con la diferencia de que quedaba petrificada al instante. No averigüe si morían por asfixia o solo quedaban inmovilizadas. Como resultado, en cada habitación inspeccionada quedaban varias de estas crisálidas sobre las mesas viejas o el piso manchado. Era una escena peculiar que despertaba cierta aversión e intriga al mismo tiempo. 
     Desconozco el objetivo de aquel modus operandi, pero en ese momento yo me autoproclamé como parte de aquella tribu de vándalos.. Ellos lo tomaron con cierto humor sin decirme nada, pues ellos sabían que a los ojos de una niña, todo era un juego. 
     Procedieron a salir a un pasillo exterior bordeado por un barandal, el cual llevaba a otra zona del edificio, debajo se veían unos cuantos árboles junto a la base del edificio. El líder dio una señal y todos se detuvieron. 

-Van muy atrás, pero pronto nos alcanzarán si no cambiamos de estrategia.
-No se preocupen, yo me quedo aquí a distraerlos. - Dije interrumpiendo el discurso. 

    Se hizo el silencio. Me miraron y luego se miraron entre ellos. Hubieron dudas y unieron sus cabezas para tomar una decisión rápida. 
    El líder se quitó su casco y pude ver su rostro. Se trataba de un hombre caucásico que apenas sobrepasaba los treinta años. Bien parecido y con cautivadora mirada ojiazul. Me tomó del hombro y me colocó cuidadosamente con la espalda contra la pared. Se agachó hasta igualar mi pequeña estatura.      Sacó un artilugio de su traje, parecía un pequeño cilindro de metal de no mas de dos centímetros de diámetro. Me tomó de la cabeza con su mano izquierda, me miró a los ojos y me sonrío. Con la mano derecha colocó la base del cilindro justo en medio de mi frente y cerré los ojos. Sentí una descarga eléctrica corriendo por mi cabeza, nada mortal ni que causara daños permanentes, pero si un chispazo de conciencia despertándome. Abrí mis ojos.

-Me duele la cabeza.- Le dije mientras me colocaba mi mano sobre la misma, en verdad fue desagradable. Solamente me sonrío.

    Comenzó a hacerme preguntas, pues él sabía que yo pertenecía a otra dimensión y era probable que no me recordara a mi misma. Es bien sabido que mucho recuerdos se pierden al entrar a dimensiones distintas. Las preguntas eran sencillas: nombre, domicilio. Tenía esta sensación de no tener control, como si estuviese alcoholizada. Las respuestas que salían de mi boca no era aquello que había pensado, aún así me daba a entender.
     Finalmente él me dio un beso en la frente, se puso el casco y dio la señal para avanzar de nuevo. Me dejó en medio de aquel pasillo. 
    Me gusta pensar que en verdad me consideró como parte de su campaña, siendo yo su elemento sorpresa de distracción. Después de todo, al no pertenecer a ese lugar yo me encontraba perfectamente a salvo pasara lo que pasara. Pero creo que al final solo se encargó de enviarme de regreso al lugar al que pertenezco.








martes, 30 de junio de 2015

Noticia de última plana

       Ese día, mas tarde de mi visita a Esh, regresé a casa rendida. Algo sucedió, cierta oscuridad me invadió desde esa mañana, algo en mi centro se despertó. Como en los viejos tiempos. Caí dormida.
                                                                                          ***

       Caminé por la calle entre las muchedumbres con sus discursos y conversaciones que no eran sino contaminación para mis oídos. Mis etéreos pies avanzando uno tras otro sobre los trozos de cantera rotos que conformaban la banqueta. Aparentemente llegué a un destino específico. Levante la vista.
Varias mesas de café que se les miraba incómodas por la cantidad de gente aplastada en un área tan reducida. Una silueta familiar aunque fuereña, apareció entre aquel mar de humanos monótonos. Alto, fornido y robusto, con abundante cabello castaño y quebrado hasta casi llegar al codo.
       Contra tiempo era de tomar la decisión entre fingir demencia o actuar como una persona civilizada y saludar. Cruzamos miradas y mi tiempo se terminó. Se levantó de la mesa directo hasta mi. Saludo forzado de mi parte en  un principio, pero al final cedió a cierta amabilidad mas sincera, evocando desesperadamente recuerdos de tiempos mejores. Coqueteos que ignoraban un final de lo mas frío y absurdo, de esas anécdotas que a nadie le interesa escuchar ni mucho menos valen la pena ser contadas. 
                                                                                                ***

       Un clic y mensaje bastaron para corroborarlo. Se encontraba en la ciudad desde hacía dos semanas, me dijo. Ni hablar, probablemente tenga que seguir fingiendo demencia. Esh, no sé qué hiciste, pero al menos me gustaría saber cosas sobre asuntos algo mas importantes.  

lunes, 29 de junio de 2015

Esh

      Era domingo y el acuerdo era vernos a las 10 de la mañana para hacer un paseo campestre. Me vendría bien tras varias semanas de desmañanadas inhumanas con motivo de quehaceres artísticos. Una escapada con aire fresco sería un deleite. Iría a pie hasta el lugar de encuentro, así que media hora de anticipación era lo justo para evitar desperfectos.

      Llegué. El ecoloco Don Migue se encontraba ahí como siempre. Me saludó y me puso al tanto de la situación legal del area natural protegida. Era definitivo: los magnates de la ciudad no se detendrían hasta conseguir lo que querían, cosa que implicaba la destrucción de aquel bello lugar. No tuve otra conclusión que aquella proclamada por el famoso McDinero: "El mundo se consume en dinero" por supuesto con un ritmo de rap pegajoso que retumbaba en mi cabeza. Don Migue recalcó el tiempo que no me veía. Luego no propicié la plática, después de todo podría atacarme con su machete si él encontraba aires consumistas en mi ser. Se pasó de largo con el siguiente transeúnte mientras me quedé pasivamente sentada esperando.

      Eran las 10:10. Hice una llamada para corroborar si mi espera era efectiva o en vano. Y efectivamente había sido en vano. Emprendí la caminata en solitario pensando en que la razón de ser plantada tuviese algún motivo. Fue lo mas probable: era tiempo de visitar a un amigo. Después de todo hacía algún tiempo que oía su llamado, al cual no acudí hasta ese día.

     El camino principal estaba infestado por corredores, paseadores de perros y ciclistas como era de costumbre. Ese camino no lleva mas que actividades cotidianas, escenas mundanas. Siento aversión por las rutinas y sabía qué debía tomar otra vereda: después de la curva del acueducto de piedra a lo alto, antes de los dos postes de luz, cruzar el río y desaparecer al otro lado.Era una vereda que conocía perfectamente algún tiempo atrás, pero no esta vez. La memoria brillaba por su ausencia y el paisaje cambiante me hacía jugarretas.

    Terminé enredada entre matorrales, atrapada en veredas sin salida y mordeduras de serpiente potenciales a lo largo de media hora. Descubrí un riachuelo que no sabía que existía y bien pude haberme hecho un tratamiento cutáneo de barro en varios traspiés, pero me parece que mi sentido de conservación era mayor que una torpeza disfrazada por la vanidad.
Luego de deambular entre ramas y altos pastos, reconocí la vereda y emprendí el camino. Debía de tardar no mas de 40 minutos a buen paso.

     Ilusa de mi. Ante la falta de condición y las grandes pendientes, no era para menos de una hora, tomando en cuenta que me perdí una segunda vez poco antes de llegar. Finalmente lo logré. Y en medio de aquel gran prado, él me esperaba, inerte como siempre. Como se esperaría de cualquier otro árbol. De ramas majestuosas que edifican una sombrilla colosal para cobijar a cualquier inadvertido del clima. Dando el aspecto de haber vivenciado increíbles historias en ese espacio congelado y ser contadas a cualquiera dispuesto a escucharlas: una cápsula del tiempo.


-Antes que nada, te pido una disculpa por haber tardado tanto en venir a verte de nuevo. Me parece que ya fueron varios meses desde la última vez. Ahora ni siquiera recordé el camino, pero heme aqui. Probablemente jamás sabré si tu voz es en verdad una consecuencia de mi locura: una proyección de lo que quisiera escuchar. Pero en todo caso, he acudido a tu llamado.

- Finalmente llegaste. Eso que llamas locura, es de las mas bellas entre los hombres. Porque es la que me ha permitido estar cerca de ti de nuevo. Ya nadie escucha, o mas bien, no saben que pueden hacerlo.

- Creo que nuestra última experiencia en verdad me ha hecho dudar que no exista una conciencia dentro de esa dura corteza tuya. Ningún ser puede estar tanto tiempo ahí hueco de alma, solamente creciendo y haciendo fotosíntesis. ¿Cuántos años tienes? Probablemente entre 100 y 200 años.

-No sé contar. Pero ciertamente he visto crecer el resto del paisaje que ves a tu alrededor, nunca se queda igual. Antes habían mas árboles igual o mas viejos que yo, pero ya han desaparecido hace mucho. Probablemente ni existías.

-¿Qué les sucedió?

-El hombre tiene necesidades y toma aquello a su alcance para cubrirlas.

-O destruir lo que sea que impida obtenerlas. Por eso me llamaste.

-Así es. Ya casi llega mi tiempo.

Suspiré profundamente, la tristeza me llenaba.

-No sé qué hacer. He intentado participar de la lucha de ciertos grupos de personas para cuidar este lugar, pero la humanidad tiene otros móviles que jamás entenderé. ¿Por qué somos así? ¿Por qué la humanidad insiste en su decadencia de amor? No quiero que te pase nada. Con esos edificios, esa maldita selva de concreto, que aunque carente de vida, crece cual hierba invasora.

      Me encontraba con los brazos rodeando el tronco con el vientre y rostro recargados sobre la corteza. En algún otro momento y ante los ojos de extraños, la escena podría resultar completamente sosa, pero nada de eso importó. Nada podía retener mi impotencia y tristeza, salvo ese abrazo que comenzaba a inundar mi cuerpo de paz: el consuelo que necesitaba.

-No puedo hacer nada y tu tampoco. No debes temer, todo es como debe ser. En este momento tus emociones de humana te nublan,  no ves que eres solo parte de un ciclo. Ya sea de entendimiento y amor, o dominación y destrucción, todo es parte de este mismo flujo que es la existencia. A diferencia de los humanos, cuyas vidas son fugaces e intensas, la naturaleza de mi ser me limita a la contemplación y a recibir con regocijo mi destino. Ha sido una fortuna para mi la curiosidad que cargas, pues te ha guiado hasta aquí, saber que hay alguien afuera que aún es capaz de escucharnos. Aquí no vienen sino campistas a ensuciar y a jóvenes a hacer rituales que han alterado la paz. No temas por mi ni por este lugar. Te pido no llores ni odies. Sigue tu caminando haciendo lo que te haga feliz y que siempre recuerda mis palabras.

-Aún hay algo. En todo este tiempo no he sabido tu nombre. No puedo irme llamándote solamente "Árbol".

-Dame el nombre que tu quieras.

Después de unos momentos, una monosílabo llego a mi mente.

-Esh.

-Entonces mi nombre será Esh.

     Pasaron los minutos y un universo de imágenes y sensaciones me inundaron, fue un intercambio de vivencias. Una clásica plática de café, pero sin palabras, ni café. Finalmente me despedí.
     Mientras me alejaba noté unas estructuras de metal no muy lejos de Esh, estaban trazando la carretera muy cerca de ahí. No sé cuantas visitas mas me queden antes que todo desaparezca.
















viernes, 12 de junio de 2015

Librería de Babel

     Continuando con el tema de los laberintos. Hoy encontré materializada una pesadilla mía, o mas bien debería decir digitalizada. Aunque sería una pesadilla mas apta para un bibliotecario o cualquier persona que hable menos de 200 idiomas.

     En este portal se explica la infraestructura hipotética de dicha institución. ¿Qué se puede encontrar en esta biblioteca? Nada mas y nada menos que contenido digno de ser escrito por millones de chimpancés martillando al azar sobre máquinas de escribir. Los cuales no solo lograron componer un soneto de Shakespeare sino todo libro, ensayo y texto ya escrito o por escribir por los siglos de los siglos. Amén.

    Es un trabajo impresionante, jamás creí que podría existir. Sobrepasa los límites de lo que la mente humana alguna vez pudo imaginar. Si tu, escritor, pensaste que por fin terminaste tu obra maestra, ten cuidado, quizás ya se encontraba en algún rincón de esta biblioteca una infinidad de veces. Siendo tu trabajo opacado por la acomodación de caracteres al azar, se vale llorar. Probablemente esta entrada también esté oculta en algún rincón de ella. Según la información del portal, tiene todas las posibles combinaciones entre 1312000 caracteres. Es básicamente el mundo de las ideas al alcance de un click.
    ¿Qué objetivo tiene esta obscenidad? Posiblemente insanidad mental, diversión geekiana, un acercamiento a Dios en su manifestación mas extraña,  que algún nerd se interese en hacer investigación.

      Hay dos maneras de encontrar cosas interesantes: al azar y con el buscador. En el primer caso, de encontrarse concatenación alguna, que haga sentido o tenga patrones, o forme una frase entera, incluso una palabra. ¡felicidades!  has encontrado una posibilidad en 104677.  En el segundo caso se puede ingresar cualquier cosa y mostrará todas las veces que aparece y la ubicación en la biblioteca. Cabe mencionar que cada volumen, libro y estante son siempre los mismos, así que el contenido no debe cambiar de ubicación por ningún motivo.

      A  continuación dejo el link del portal. Buena urtees teseur seetrus etreu seteru suerte surtee sutree setrue  eeurst eerust eerstu euerst.

https://libraryofbabel.info/






La casa de los tubos

Múltiples y diversos son los escenarios que visito en sueños. Son recurrentes aquellos en los que me veo inmersa en estructuras laberínticas. Las edificaciones son distintas en cada ocasión. Muchas veces tienen aparentes salidas, pero una vez cruzadas soy transportada al punto central del laberinto o  al otro lado, como un Pacman pero en 3D. Muy frustrante, por cierto. En otras ocasiones estos están llenos de maravillas, así que no resulta acribillante el recorrido.
El día de hoy me encontré con una imagen que me recordó alguno de esos escenarios. Una estructura abandonada de concreto gris y en la cual no se distingue un principio y un fin convencionales. Ubicada entre montes verdes aunque muy sombríos. Con siluetas ocultas, moviéndose entre la neblina: espectros acechantes. Una escena imaginada solo en la posteridad de una guerra nuclear con personas amorfas deambulando entre las ruinas, alimentándose de carne de rata... o de lo que se cruzara en su camino.  Sin dejar a un lado las preguntas sobre cómo fue que llegué hasta ahí.... o mejor aún: ¿cómo salir?
Sin mas que decir, esta construcción se encuentra en el estado de Nuevo León. Sin compradores, ya que está habitada por quien sabe que entidades... según las leyendas urbanas del lugar.
En cuanto vi la foto, una sensación de deja vú me inundó, como si conociera perfectamente los pasajes en su interior. Quién sabe, tal vez es sólo un debraye mío.






lunes, 8 de junio de 2015

El octavo día. La justicia.




La justicia no mira a las personas, mira los hechos.
 Todo acto desencadena consecuencias. 
La justicia reajusta a cada momento los vectores de voluntades 
en un solo torbellino que conforma la realidad.
Cada segundo es crucial para actuar.







El octavo día. La justicia.




La justicia no mira a las personas, mira los hechos.
 Todo acto desencadena consecuencias. 
La justicia reajusta a cada momento los vectores de voluntades 
en un solo torbellino que conforma la realidad.
Cada segundo es crucial para actuar.







sábado, 6 de junio de 2015

Boas y cocodrilos brujos

Hace cerca de una semana me encontraba en mi casa en la playa. Tenía una boa. Pero la serpiente solo deseaba huir, hasta que finalmente  y sin darme cuenta salió por la puerta, probablemente para refugiarse en la selva. Solo vi hacia afuera para ver como su cola desaparecía entre algunos arbustos. Corrí para alcanzarla pero era muy veloz y escurridiza. Llegaba hasta ella solo  para ver como su cola se introducía entre la espesa vegetación nuevamente. En medio de la persecución un cocodrilo me interceptó cerca de un cuerpo de agua. Mostró sus dientes filosos y comenzó a perseguirme. Corrí en la dirección de donde venía. No me alcanzó.... no esta vez... pronto él me perdió de vista, y yo perdí de vista a mi serpiente para siempre.









jueves, 14 de mayo de 2015

Nómadas

 Viajeros  somos,
buscando historias,
haciendo cuentos. 
Un oasis, motivo y consecuencia de nuestro encuentro,
mientras no, seré caminante de este bello desierto. 
Hasta entonces.


miércoles, 8 de abril de 2015

Destinos fractálicos






La imagen anterior fue creada en el programa ArcMap. Son imágenes creadas a partir de curvas de nivel de un área. En este caso, cerros y elevaciones del lado izquierdo, formando una alineación que van desde la mitad del lado izquierdo en diagonal hacia arriba.

lunes, 6 de abril de 2015

Kino y la Luna (4ta parte)

-¡Yo sé qué le pasó a la luna! – Gritó la serpiente entre la multitud.
Todos voltearon a ver a la serpiente.
-Había un hombre de larga cabellera tirado junto a la laguna y yo solo me acerqué para asegurarme de que se encontrara bien, pero entonces la luna bajó en forma de mujer y me amenazó de que yo me convertiría en un sacrificio más al igual que muchos otros animales que aquel hombre atrapaba cuando se acercaban ahí para ofrecérselos. De pronto el hombre se levantó y la atrapó entre sus brazos. Yo huí porque no había nada que yo pudiera hacer en ese momento.
-¡Debió ser el hijo del rey, desde que huyó la luna ha desaparecido! ¡Él debe ser el culpable, no hay nadie más! –Gritaban algunos de los hombres
La muchedumbre después de escuchar semejante relato enfureció y pronto se organizaron hordas que harían excursiones en búsqueda del culpable, y Kino era el único sospechoso


***
Habían pasado varias noches que Kino no había dormido, esperando encontrar nuevamente a aquella mujer, pero desde que la sorprendió, ella no había vuelto. Decidió intentar por última vez tener un encuentro, el cual no tuvo mucho éxito. La noche transcurrió sin suerte hasta que quedó dormido lentamente.


De pronto, entre sueños escuchó un ruido. Kino se levantó rápidamente. A lo lejos veía muchas figuras oscuras moviéndose entre los árboles. No podía distinguir qué era y se movían rápidamente. Sin tiempo de escapar, la horda lo había atrapado. Sin poder responder a las peticiones de sus raptores, fue llevado a la orilla del lago y ahí mismo fue ejecutado y lanzado al agua como sacrificio. Frente a los ojos de la luna, quien había permanecido escondida bajo el agua, observándolo esperando el momento de salir.

Pasó el tiempo y la luna no salía. Las criaturas de la tierra creían que sería el fin. Pero una noche el jaguar, en medio del caos, la encontró llorando desconsolada a la orilla de la laguna. Tras saber lo sucedido fue a pedir ayuda a los humanos.





La noche siguiente llegó el jaguar junto con el brujo del pueblo. El brujo dijo que le traería a su amado de nuevo, pero que estaría atrapado en el agua para siempre, solo podría salir de ella una vez cada cierto tiempo. A cambió ella tendría que ascender al cielo nuevamente a regir el orden nocturno. Sin otra opción la luna aceptó radiante de felicidad.



Desde entonces Kino se encuentra atrapado en el agua, siendo solo el reflejo de la luna y sin poder hacer nada mas que contemplarse  el uno al otro. Y en cada novilunio la luna deja el cielo para bajar a la tierra y encontrarse con Kino, quien sale del agua para convertirse en humano.