sábado, 6 de junio de 2015

Boas y cocodrilos brujos

Hace cerca de una semana me encontraba en mi casa en la playa. Tenía una boa. Pero la serpiente solo deseaba huir, hasta que finalmente  y sin darme cuenta salió por la puerta, probablemente para refugiarse en la selva. Solo vi hacia afuera para ver como su cola desaparecía entre algunos arbustos. Corrí para alcanzarla pero era muy veloz y escurridiza. Llegaba hasta ella solo  para ver como su cola se introducía entre la espesa vegetación nuevamente. En medio de la persecución un cocodrilo me interceptó cerca de un cuerpo de agua. Mostró sus dientes filosos y comenzó a perseguirme. Corrí en la dirección de donde venía. No me alcanzó.... no esta vez... pronto él me perdió de vista, y yo perdí de vista a mi serpiente para siempre.









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